Me vendieron el sillón!!

Haciendo introspección, un sillón es un mueble relativamente prescindible. Pareciera que no existe una situación en que el sillón juegue un rol fundamental en la vida de ningún ciudadano y por tanto puede ser reemplazado por cama, silla o almohadas dependiendo la ocasión. Pero... vivir sin sillón es otra cosa. Habiendo pasado un par de semanas sólo en Pittsburgh me dí cuenta de lo necesario que era tener un sillon. De tanto en tanto el cuerpo necesita echarse (que no es lo mismo que acostarse) y por le tenemos que agregar la in a lo prescindible del sillón. La búsqueda estaba iniciada.

Comprar sillón barato, sin auto y con poco tiempo para buscar no es nada de fácil. Más cuando el ingles esta en etapa de afiatamiento y cuando uno esta completamente solo (notar que la geometria del sillón es tal que es casi imposible de mover de a uno). Es por eso que la compra, transporte e instalación del enorme y cómodo sillón que compré por allá por Septiembre del año pasado me llenaba de orgullo. Hasta que llegó la jefa y le pareció que el sillón era muy feo como para sentirse orgulloso. Digamos, MI sillón no era diseño italiano, pero al menos no calificaba para el world wide ugly couch contest. Además solo había pagado us$40 incluyendo dos cojines y el socio me ayudo a moverlo (desde un 4to piso + dos cuadras + a un 3er piso). Aunque intenté defenderlo argumentando a favor de su infinita comodidad, rapidamente entendí que no tenía el poder de evitar lo inevitable...

ME VENDIERON MI COMODO SILLON!

La jefa sacó un ingles de no se a donde para negociar con un estudiante Indio y venderle MI sillón por los mismos us$40 que yo había pagado, pero sin incluir ni el par de cojines ni transporte. Para entrarlo ya había sudado la gota gorda incluyendo rotura de lampara del techo y algunos rayones en la puerta de entrada (y eso que saqué la puerta y los topes de abajo del sillón). Para sacarlo, la historia sería aún peor . En pleno desarollo de la dura batalla por sacar el enorme sillón por la pequeña puerta, Nicolás solidarizó conmigo derramando una lagrima por el mentado sillón. La maniobra esta vez me costó un hoyo en el cielo y unas rayaduras a la puerta de entrada. Pero la jefa sonreía satisfecha...


Esto ocurrió hace ya como 3 meses tiempo que hemos aperrado con unas sillas plasticas que compre de ofertón a us$5 el par (acá se pueden apreciar al fondo). Lo bueno es que ahora que pasé los examenes de calificación me siento en confianza como para comprar otro sillón que si le guste a la jefa. Lo malo es que a la jefa le gustan puros sillones caros...

sono+
salu2
Marcel Goic F.

PS: estan disponibles fotos no citadas en el post...